jueves, 16 de mayo de 2013

La Tierra Anhelada


La Tierra Anhelada

    Desde hace mucho tiempo se discute acerca de una nación UNIDA, donde el poder adquisitivo vuelva a ser el orgullo de hace varios años y así poder exclamar con emoción “¡Está barato, dame 2!”, donde las calles asoladas no transmitan inseguridad sino más bien tranquilidad, independientemente de la hora en la que por ellas se transite, donde no debamos formar en colas kilométricas al ir a  un supermercado y que al entrar, nos demos el lujo de poder seleccionar el producto buscado con la marca que gustemos y que al momento de estar frente a la caja, tengamos en el bolsillo el dinero suficiente para adquirir lo buscado; donde al desplazarnos en automóvil no debamos transformar nuestro vehículo en un todo-terreno para sortear los baches viales, sino más bien tengamos la sola responsabilidad de conducir como es debido; donde podamos confrontar los intensos y característicos aumentos de temperatura manteniendo encendidos los aires acondicionados sin tener la preocupación de ser multados por ser “consumistas excesivos”; donde no debamos instalar protectores a todos los electrodomésticos para evitar que estos se dañen frente a los extensos y frecuentes apagones eléctricos; donde podamos disfrutar en todo momento de un servicio hidrológico estable, limpio y accesible; donde los centros penitenciarios no sufran las consecuencias de una sobre población de reclusos armados a escala militar, donde no se produzcan enfrentamientos que acaben con la vida de más de un venezolano; donde los civiles no tengan la necesidad de portar armas de fuego para protegerse frente a una creciente delincuencia, ni que los portadores de estas ya sea en forma ilegal o no, las usen para asaltar y acabar con la vida de un conciudadano; donde a los niños y adolescentes no se les implante una cultura armamentista y en vez de entregárseles fusiles se les ofrezcan libros y elementos académicos que sirvan para su futuro; donde el sistema educativo sea digno y real; donde el docente sea tratado como debe ser evitando así que caiga en actos de corrupción y pereza por falta de motivación; donde 2 venezolanos de pensamiento distinto, más allá del color de sus prendas y el partido que apoyen puedan compartir y discutir sanamente, sin necesidad de caer en el precipicio sin fondo del fanatismo y las ideas radicales.


    Se busca esta tierra anhelada, dictada a finales del siglo pasado por una canción que rondaba las calles y esquinas de la Venezuela de aquel entonces.

    Se busca esa nación, sin ser un anhelo únicamente personal o un “capricho” como lo apodan ciertos mandatarios ciegos y sordos ante una Venezuela que desea con gran vehemencia una verdadera patria, un país soberano, independiente a las ideas que provengan desde la mente de dictadores atornillados a cierta isla caribeña.

    Es el querer masivo de hacer verdad la letra de nuestro himno nacional, el momento de hacer respetar nuestra constitución, es el momento de recobrar las fuerzas y el coraje que un bravo pueblo solía tener aquellos trágicos días del 2002, es el momento de recuperar el valor de nuestro bolívar y poder decir que tenemos una moneda fuerte, es la hora de restaurar ese sueño de libertad expresiva que esperamos cumplir sin recibir a cambio perdigones y gas lacrimógeno por unos esclavos uniformados y con escudo.

    Es el momento de que escampe y amanezca una nación renovada, que aclare esta tierra bendita, que aclare esta tierra anhelada.

Ricardo Rattia


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